Cuando se está embarazada, una mujer debe cuidarse mucho más porque no solo está en juego su salud, sino también la de la vida que trae en camino. Como ya se ha repetido un millón de veces, la alimentación es la base para una salud de hierro, para una vida equilibrada a través de consumir los alimentos adecuados, con las proteínas, los hidratos y las grasas en una perfecta armonía. Claro que el embarazo cambia un poco las cosas, porque la dieta de una embarazada no puede ser la misma que la de otra mujer de la misma edad pero que no esté en la misma situación. De hecho, la dieta para las embarazadas suele ser diferente en cada momento del proceso.
Esto se debe a la necesidad del cuerpo de la mujer encinta para adaptarse a lo que está por venir, a su aumento de peso, pero también a la falta de minerales y vitaminas, que deben incluirse a través de la alimentación. Una dieta especial para todas las embarazadas tampoco servirá de mucho porque cada caso es particular, y cada mujer tiene su propia forma de asimilar los alimentos y metabolizar todo lo que necesita en su cuerpo. La vida que está en camino es también un punto importante a tener en cuenta, ya que necesitamos alimentar al feto correctamente para que crezca sano y fuerte dentro del vientre, preparándose para su llegada.
La dieta es diferente en cada etapa del embarazo
Como decíamos arriba, cada momento del embarazo tiene sus propias reglas y sus propias condiciones, que hacen que también cambie el tipo de dieta y de alimentos que la mujer puede consumir en cada etapa. Esto se produce por la necesidad de más vitaminas, por ejemplo, conforme el bebé va creciendo en el vientre, o también por la necesidad de ciertos productos en las primeras etapas, cuando el feto es todavía muy pequeño y requiere de mayor atención alimenticia. Todo lo que consumimos llegará a nuestro bebé de una forma u otra, y por eso hay que tener mucho cuidado con lo que comemos.
Primer trimestre
En los primeros meses de embarazo podemos comer prácticamente de todo, aunque eso sí, siempre de forma saludable. Zumo natural de naranja o pomelo, mucha leche, fruta del tiempo, pan integral, ensalada, verduras y patatas serán la base de nuestra alimentación, añadiendo un poco de carne baja en grasa y algo de pescado, pero sin abusar. Sobre todo, la fruta será muy buena opción para cada comida, porque nos ofrece no solo vitaminas y minerales, sino también glucosa, que nos hará falta para tener energía. La leche también es importante, como en cualquier etapa del embarazo.
Segundo trimestre
Durante el segundo trimestre nuestro bebé estará creciendo a un ritmo muy acelerado así que necesita más que nunca que nos alimentemos correctamente para que todo eso le pueda llegar. Aumentaremos el consumo de calorías hasta llegar en torno a las 2.500, porque necesitamos mucho más alimento. Los hidratos de carbono serán esenciales, y los podremos encontrar en los cereales, en la pasta y en el arroz. Tampoco podemos olvidarnos del magnífico aporte que nos ofrecen las verduras y las frutas, sobre todo las de temporada, para mantenernos sanos y fuertes. Debemos consumir igualmente alimentos ricos en hierro, como carnes rojas y moluscos, pero combinándolos con Vitamina C, necesaria para metabolizar mucho mejor ese mineral.
Tercer trimestre
El último trimestre de gestación también será tremendamente importante, aunque aquí cambiaremos los hidratos por ácidos omega 3, incluidos en los lácteos y en el pescado, ya que nos serán indispensables a la hora de dar a luz y en los primeros días de nuestro bebé. También es importante mantener altos los consumos de yodo y calcio, a través de verduras y legumbres, para un correcto desarrollo cerebral de nuestro pequeño. La vitamina D es igualmente necesaria, y de la misma forma que podemos encontrarla en las frutas, que nunca deben faltar en la dieta en ningún momento, también estará presente en la yema de los huevos.
Comidas para combatir la acidez y las náuseas
Debemos evitar en la medida de lo posible los alimentos grasos para no sufrir tanto la acidez de estómago. Las náuseas serán habituales, pero también es cierto que se pueden mantener a raya con ciertos alimentos, como los lácteos o la fruta. Se recomiendo no comer demasiado en cada ingesta, sino repartir la comida a lo largo de todo el día, para que no haya una digestión más pesada de la cuenta. Evidentemente, la comida picante estará totalmente prohibida porque puede suponer un malestar tremendo para el estómago. Los frutos secos pueden ayudarnos también a tener una mejor digestión, así como beber mucho líquido, sobre todo agua.