Viajar al espacio debe ser una de las experiencias más increíbles e inolvidables que cualquier ser humano puede vivir. Los afortunados, aquellos que han podido subir en cápsulas y cohetes y divisar nuestro propio planeta desde arriba, han entrado en la historia. Han sido muy pocos, y es que no es nada fácil convertirse en uno de estos hombres del espacio. La soledad, la claustrofobia, el tener que lidiar con la gravedad cero y con una dieta diferente… Es todo un reto, pero lo que se consigue es algo maravilloso.
En Estados Unidos y Rusia llevan décadas gastando cantidades ingentes de dinero para conseguir que la vida en el espacio sea lo más plácida posible para sus astronautas. La investigación ha llevado a crear cohetes y estaciones espaciales mucho más seguras, pero también a inventar nuevas dietas a base de alimentos especiales que permiten que su ingesta se maximice, para que allí arriba, los astronautas solo tengan que preocuparse de hacer un buen trabajo.
¿Qué ocurre con el hierro cuando un astronauta está en el espacio?
Esta dieta especial que siguen los astronautas tiene como objetivo adaptarse a las necesidades especiales que cualquier cuerpo humano requiere allí arriba, donde se suele estar sin gravedad la mayor parte del tiempo y donde el esfuerzo físico es diferente. Por ejemplo, en el caso del hierro, el calcio o el sodio, estos minerales suelen acumularse más en nuestro cuerpo ya que el metabolismo se ralentiza sobremanera allí arriba, lo que provoca una calcificación de nuestros huesos, y posibles problemas neumonales al bajar las defensas inmunológicas de nuestro cuerpo entre un 10 y un 15%. El hecho de que el metabolismo sea más lento también afecta a las grasas, que se quedan en el cuerpo. El problema se hace mayor si se pasa más tiempo allí arriba.
¿Por qué deshidratan los alimentos de los astronautas?
Uno de esos mitos más conocidos sobre la comida espacial es que siempre está deshidratada. La propia NASA lo ha confirmado, explicando también porqué lo hace así. Necesitan que la comida esté lista durante muchas semanas y para ello deben congelarla, pero no de la manera habitual, sino deshidratándola, para que así pese menos y se conserve mejor. Posteriormente, ya en la nave o en la estación espacial, los astronautas deben rehidratar esos alimentos añadiendo algo de agua, para que no pierdan sus condiciones de tacto y sabor. Es cierto que en muchas ocasiones, estos astronautas se alimentan de líquidos y pastillas, pero la sensación de “comer algo sólido” sigue siendo muy necesaria, y de ahí que estos alimentos se sigan llevando.
¿A qué sabe la comida de los astronautas?
Los alimentos que se consumen en el espacio tienen una misión primordial: ofrecer a los astronautas las calorías, los nutrientes y las vitaminas que necesitan para estar en perfecta estado en su aventura espacial. El sabor, como podrán imaginar, es algo secundario, pero tiene un papel psicológico también fundamental. Y es que allí arriba, la mente del astronauta cambia lejos de casa y necesita tener algo que al menos apacigüe esa sensación. Comer alimentos sabrosos y que les gusten sirve precisamente para eso.
¿Cuántas calorías debe ingerir un ser humano para tener un cuerpo sano?
Durante décadas, grupos de médicos, nutricionistas y biólogos han estado evaluando el cuerpo humano para conocer exactamente qué es lo que necesita en cuanto a alimentación. Las conclusiones, como ya sabrás, son muy peregrinas, y siempre dependen del tipo de persona que seamos, nuestra complexión, nuestro trabajo, nuestro ritmo de vida… Se ha calculado que cualquier adulto sano y con una vida medianamente activa debe consumir entre 2200 y 2700 calorías al día. Si hacemos más ejercicio, necesitaremos más. Si nuestro cuerpo es más grande, también necesitaremos más. Varía mucho en cuanto a nuestra tasa metabólica y a nuestra actividad física. En cuanto a los astronautas, necesitan un poco más de energía así que suelen consumir unas 3200 calorías diarias.
¿Sería posible vivir en la Tierra comiendo lo mismo que un astronauta?
Técnicamente, si pudiéramos disponer de los mismos alimentos empaquetados y deshidratados que consumen los astronautas y consumirlos, podríamos vivir perfectamente aquí en la Tierra, aunque es cierto que estos alimentos están preparados para maximizar su consumo, y no tienen como objetivo ni hacernos disfrutar de su sabor ni de su forma. Como decíamos, los astronautas consumen más calorías diarias que un ser humano habitual aquí en la Tierra, así que eso también tendríamos que controlarlo. Las condiciones entre uno y otro lugar son muy diferentes, pero sobre el papel, los alimentos pueden servir tanto arriba como abajo. Eso sí, ellos solo los toman así por necesidad. Nosotros, ¿qué necesidad tenemos de renunciar a un buen cocido o un guiso si no tenemos que ir al espacio?