Estar en forma se ha convertido en una de las obsesiones de todos aquellos que quieren lucir un cuerpo perfecto en esta era de los selfies, donde cada fotografía muestra una parte de nosotros mismos, y parece imposible no pasar por ese aro. Nosotros siempre vamos a enfocar los esfuerzos de dietas y ejercicio a tener una salud óptima, aunque evidentemente el aspecto físico también es importante para ello. De hecho, lo uno bien con lo otro. Cuando nos alimentamos correctamente y tenemos una dieta sana y equilibrada, el cuerpo lo nota, y suele responder de manera muy positiva. Sin embargo, hay momentos en los que necesitamos bajar de peso más rápidamente, y echamos mano de alguna de esas “dietas milagro” que parecen tan fascinantes pero que casi nunca funcionan. ¿Y si hubiera una dieta realmente efectiva para este fin, con base científica y segura?
Pus la hay, y se llama dieta cetogénica, aunque es mejor conocido como dieta keto, un nombre que procede de su denominación en inglés (“ketogenic”). Se trata de una dieta que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos, pero que sorprendentemente, tiene su origen hace más de un siglo, siendo creada para tratar enfermedades como la epilepsia. Sus increíbles resultados han llamado la atención de muchos expertos, que la han recomendado en ciertos casos y siempre con un control absoluto de todo lo que se ingiere. Y es que esta dieta nos ofrece la oportunidad de bajar de peso de forma rápida y eficaz, a la vez que predispone a nuestro cuerpo a ganar masa muscular, lo cual viene de perlas para aquellos que no solo quieran adelgazar sino también tener un cuerpo mucho más marcado y musculado. Vamos a conocer más sobre esta dieta en este artículo, con sus pros y sus contras.
Qué es la dieta cetogénica
La dieta cetogénica o dieta keto es un plan de alimentación que trata de eliminar casi por completos los hidratos de carbono, moderar mucho las proteínas y dar más protagonismo a las grasas. Se trata así de “engañar” al organismo, obligándole a tirar de las reservas de grasas de nuestro cuerpo, al no encontrar su principal fuente de calorías, que suelen ser los hidratos. La dieta keto es hipocalórica, es decir, que nos hace tomar menos calorías de las que necesitamos en el día a día, para que el cuerpo tire de las reservas que tenemos y nos permita así adelgazar, ante la diferencia entre lo que hemos ingerido y lo que necesitamos. Es una forma clásica de bajar de peso, pero que con esta dieta se lleva mucho más allá, puesto que estamos aprovechando el potencial de las grasas y reduciendo la ingesta de hidratos con el fin de acelerar el proceso y generar, a la vez, mayor masa muscular.
Para qué sirve la dieta cetogénica
Como ya comentábamos arriba, en un principio la dieta cetogénica se creó para ayudar a tratar ciertas enfermedades, sirviendo como apoyo para las personas que sufrían de epilepsia, por ejemplo, al cambiar por completo su alimentación y de la misma forma la manera en la que su metabolismo funcionaba. La dieta cetogénica fue evolucionando y en los últimos tiempos ha sido muy popular entre adolescentes y deportistas, porque es una forma muy rápida y eficiente de bajar de peso, siendo una de las mejores dietas hipocalóricos que existen, siempre que se lleve a cabo de manera correcta, por supuesto. Se trata de forzar a nuestro metabolismo a tirar de las reservas de grasa que tenemos en el cuerpo, en lugar de coger las calorías de los hidratos, al eliminarlos casi por completo de nuestra alimentación. Suelen llevarse a cabo durante varios días o un par de semanas, ya que sus resultados son casi inmediatos.
Menús y alimentos de la dieta cetogénica
La principal característica de la dieta cetogénica es que se rompe el equilibrio entre los hidratos, las proteínas y las grasas, consumiendo una cantidad mínima de hidratos de carbono, pero subiendo la de grasas, para que el metabolismo tire de ellas para reconducir la forma en la que obtiene la energía necesaria para hacernos trabajar. Se trata de una dieta que normalmente estará por debajo del aporte calórico medio que necesitamos, para que el cuerpo tire de sus reservas. Se apuesta, por tanto, por alimentos en alto contenido graso como la carne roja, el pescado, los lácteos, los huevos, los aceites naturales y también los frutos secos, así como las verduras bajas en carbohidratos. Se deben evitar igualmente los alimentos azucarados, las salsas con grasas saturadas e incluso la fruta, que contienen una gran cantidad de glucosa.
Opiniones de la dieta cetogénica
Como ocurre con casi todas las dietas, hay todo tipo de opiniones en torno a lo efectiva o lo saludable que puede ser la dieta keto para nosotros. Sus defensores apuntan a su eficiencia para bajar de peso en pocas semanas, especialmente cuando se lleva a cabo con una cantidad muy baja de ingesta de carbohidratos. El hecho de que ayude a generar masa muscular la ha hecho también muy popular entre los deportistas. Sin embargo, los expertos aluden a que es una dieta bastante restrictiva y por tanto, muy complicada de seguir a rajatabla. En algunos casos, los resultados pueden tardar muchas semanas en verse, y privar al cuerpo de carbohidratos durante tanto tiempo puede ser complicado. De hecho, otra de las advertencias más comunes es que, al fin y al cabo, el cuerpo se acostumbra con el tiempo a este tipo de dietas y la dieta keto dejaría de ser efectiva al largo plazo.
Hay peligros en la dieta cetogénica
Como todo lo que se pone de moda, muchos han decidido comenzar con la dieta keto sin pararse siquiera a pensar si es exactamente la dieta que deben seguir, o la más adecuada para lo que están buscando. Y es que no todo son ventajas con la dieta cetogénica, como veremos a continuación. El no comer apenas carbohidratos por un tiempo prolongado provoca un cambio repentino en nuestro metabolismo, lo que supone efectos secundarios, no siempre tan positivos como bajar de peso. La ausencia de minerales, proteínas y fibra puede provocar estreñimiento, mal aliento e incluso sensación de cansancio y fatiga, sobre todo al principio, cuando comenzamos a probar esta dieta. Además, es complicado mantenerla en el tiempo, por lo que corremos el riesgo de que al volver a una alimentación “normal”, el cuerpo recupere los kilos perdidos tan rápidamente.